domingo, 5 de mayo de 2013

Clasificación de los terrores visuales II : los terrores de clase

En primer lugar voy a recordar la clasificación de los terrores visuales, ya expuesta en la entrada anterior, para posteriormente centrarme en el segundo grupo de terrores visuales, los terrores de clase.

CLASIFICACIÓN DE LOS TERRORES VISUALES

-          Los terrores del cuerpo
Terror a ser viejo
Terror a estar gordo/a
Terror a los dientes perfectos
Terror al pelo
Terror a los genitales pequeños
Terror a estar enfermo/a
-          Los terrores de clase
Terror a no ir de marca
Terror a no tener una casa como la de las revistas
Terror a no tener una segunda residencia
Terror a no poder ir de vacaciones
Terror de no poder ver la película, serie, espectáculo de moda
Terror a no ser deportista
Terror a no estar tecnológicamente adaptado/a, a no estas localizable, a no estar informado/a.
-          Los terrores culturales
Los tres terrores: terror a no ser blanco/a, terror a ser negro/a; terror a ser mujer; terror a ser homosexual.
Los terrores políticos: terror a no ser occidental, terror al Tercer Mundo, terror a ser inmigrante; terror a no ser pro EE.UU.; terror a no ser monárquico/a.
Los terrores religiosos: terror a ser musulmán.

Como podemos ver los primeros, los terrores del cuerpo, tienen relación con alguna de nuestras partes del cuerpo, que a través de la televisión, nos intentan hacer modificar por el miedo a estar gordo/a, a envejecer, a tener los genitales pequeños y muchos otros miedos que explicaré más adelante.

El segundo grupo de terrores visuales, los terrores de clase, no intentan posicionar en un determinado grupo social, configurando nuestra identidad y estatus.

Y por último, el tercer grupo de terrores visuales, los terrores culturales, que tienen más que un interés comercial, un interés político y son creados por los Estados, los partidos políticos y las religiones.
Antes de adentrarme más en profundidad  en cada uno de los terrores visuales, es necesario señalar que  cada terror tiene su contraterror, es decir determinados artistas y colectivos han tratado de luchar contra las metanarrativas que nos transmiten las estructuras de poder a través también del lenguaje visual.

2. LOS TERRORES DE CLASE

Estos terrores hacen referencia a lo que tenemos que hacer para estar dentro de la clase social más reconocida en nuestra sociedad, la clase pudiente o también llamada como clase alta.

Se trata de miedos visuales muy enraizados en nuestra sociedad a través de representaciones visuales comerciales.  Podría resumirse en el terror a ser pobre.

Terror a no ir de marca:

María Acaso nos muestra el caso de un instituto situado en Madrid, en el que el director se vio obligado a tomar la medida de que todos llevaran un uniforme con el que no reflejarían ninguna distinción de marcas. El director había llegado a este extremo debido a las guerras de marcas que se habían desatado en el instituto, y sobre todo, por la presión que causaban los alumnos que llevaban ropa de marca en los demás.

Este terror se centra  en la ropa, en el calzado y también en los teléfonos móviles. A través de las imágenes se nos ha transmitido inconscientemente la idea de que las marcas nos proporcionan un determinado estatus y prestigio, en definitiva otorga poder y distinción a quién las lleva. 



Terror a no tener una casa como las de las revistas:


En este terror visual destaca la empresa sueca IKEA, que nos ha transmitido un concepto nuevo de redecorar. Los muebles ahora ya no duran para toda la vida, ahora hay que cambiar la decoración de nuestras casas cada cierto período de tiempo.

Esta empresa sigue las líneas del comercio textil, donde lo que interesa es que el consumidor no compre ropa de calidad que dure mucho tiempo sino que compre ropa barata de la que pueda deshacerse cada temporada.

Las revistas o programas televisivos en las que se muestran las casas de los famosos nos han transmitido la necesidad de una casa bien decorada.






Terror a no poder ir de vacaciones:

Está tan extendido el consumo en nuestra sociedad, que ahora es vital poder irse de vacaciones, ya que el que se queda en su casa es tachado de loco o de pobre, y por tanto, se siente marginado por los que sí se pueden marchar.


Salir de vacaciones no significa otra cosa que consumir, salir a cenar fuera, comprar regalos, hacer fotos…



La industria turística es el principal impulsor de este terror que agrupa a hoteleros, compañías de transportes, aseguradoras, entre otras.

Así se han creado vacaciones para toda clase de gustos: culturales, de relax, o de aventura.





Terror de no ver la película, serie, espectáculo de moda:

La industria del entretenimiento es una de las más poderosas del mundo de la cultura visual. Las películas, series, programas televisivos, espectáculo de moda…están organizando nuestra forma de pensar.

El cine comercial es una industria que genera productos que se basan en un producto central a partir del cual nace una gama de subproductos, de tal manera que la película crea una gigantesca red de asociados.



Otro elemento es la televisión, que  se ha convertido en un sistema de venta de audiencias.  Los espectadores ven la publicidad cuando el producto de entretenimiento que están consumiendo les interesa.

Para que la audiencia consuma estos productos de entretenimiento se crea el terror a no consumirlos. No ver una película taquillera o no leer un libro de un escrito famoso que está vendiendo muchos ejemplares se convierte en algo inaceptable. 


Programas televisivos como:






Películas taquilleras como:





Terror a no ser deportista:

La autora señala el personaje de Fernando Alonso como un claro ejemplo de cómo se genera el miedo a no ser deportista.  El mecanismo es el siguiente: primero se elige un deporte en declive, las grandes marcas seleccionan a un personaje, se organizan eventos a lo que acuden los medios y se convierte entonces al personaje y al deporte que practica en un producto comercial de masas.


David Beckham sería el personaje más mediático en el mundo del fútbol. Éste impulsa el consumo sobre determinados deportes promocionando camisetas, zapatillas, ropa interior…. convirtiendo su vida y la de su familia en puro espectáculo.








































Todas estas representaciones visuales nos llevan a consumir y a encontrarnos en casa con un equipo de ski, baloncesto, tenis,  e incluso equipos de golf, cuando apenas los utilizamos. No importa si practicamos deporte o no, sino estar a la última.

Terror a no estar tecnológicamente adaptado (no tener ordenador, no tener internet, a no estar localizable y a no estar informado):

Octavio Uña, catedrático de Sociología de la Universidad Rey Juan Carlos, señala que estos deseos de tener un ordenador, Internet, de querer estar localizable y de estar informado obedecen a un nuevo modo de capitalismo llamado “capitalismo de ficción” o “neocapitalismo”, que es el origen de las metanarrativas visuales y de a televisión.

Este consumismo cada vez mayor generado por el amplio deseo que tenemos de tener más que el prójimo y poder presumir de ello.

La sociedad neocapitalista saca al mercado continuamente nuevos productos y nos hacen creen que no podemos vivir sin ellos. Pongamos el caso del teléfono móvil. Hace apenas unos años no existían y podíamos vivir sin ello, ahora es casi inconcebible salir a la calle sin él.

Este terror conlleva otros dos miedos: el terror a no estar localizable, generado por las empresas de telefonía y el terror a no estar informado, ya que parece que quienes no ven la televisión o no se informan a través de Internet no saben lo que está ocurriendo en el mundo.

Los bancos serían los principales promotores de estos terrores visuales, pues consiguen beneficios cuando pedimos préstamos para poder comprar una casa, una segunda residencia o tecnología.





No hay comentarios:

Publicar un comentario