Hace un par de
días, esperando al autobús que me llevara a la facultad vi una imagen que me
llamó realmente la atención y que comencé a observar. Creí oportuno dedicar una
entrada de mi blog a realizar un análisis y comentario del contenido y mensaje
de la imagen.
Supone una clara
denuncia social realizada y también, financiada, por el Ministerio de Sanidad,
Servicios Sociales e Igualdad, y en la que han colaborado Cruz Roja y el Fondo Social
Europeo. A continuación presento la
imagen.
Creo que se lee
correctamente los diálogos que aparecen, pero para no dar lugar a dudas pongo
aquí la conversación familiar:
Padre:
¿Y..y esa cara..?Quedamos en que tu te encargabas de ordenar la cocina,fregar los platos y supervisar los deberes
escolares.Y yo le sacaba brillo al
sofá, le quitaba el polvo al televisor
y estaba con el niño en sus ratos libres.¡¡ Es un reparto justo!!
La imagen refleja
la necesidad imperiosa de una educación igualitaria en nuestra sociedad. A día de hoy en muchas familiares españolas,
aunque cueste creerlo, se sigue aún dando este tipo de experiencias, en las que
no existe un reparto justo tanto en las tareas del hogar como en la educación
de sus hijos.
Debemos dejar atrás
la arcaica idea que se tenía respecto a las labores de la mujer, la cual sólo
podía dedicarse a tareas del hogar (hacer la comida, limpiar, planchar,
coser..)mientras que el marido trabajaba fuera de casa y era el que mantenía la
familia.
De hecho, si
llevamos este tema a ámbitos educativos, antiguamente a las mujeres se las
formaban para que fueran buenas amas de casa y esposas. Por suerte, esto ha
cambiado y hoy en día la mujer tiene los mismos derechos y recibe la misma
educación que los hombres. ¿Pero creemos de verdad que la igualdad entre sexos
ha llegado a todos los ámbitos de nuestra vida?. En mi humilde opinión, creo
que aún nos queda un largo camino por hacer, especialmente en el mundo laboral.
Debajo de la imagen
aparecía el siguiente mensaje:
El mensaje es breve
pero conciso: muchas personas al ver la imagen pueden creer que se trata de una
dibujo cómico, gracioso, pero no es así, es un problema de desigualdad que
venimos arrastrando desde hace ya mucho tiempo, y con el que tenemos que acabar
pues nos concierne a todos. Como bien dice, representa una larga historia de
desigualdad en el hogar, de discriminación laboral y salarial.
No se trata de
acercarse a posturas machistas o feministas, simplemente es reivindicar que una
tarea del hogar puede ser igualmente realizada por un hombre y por una mujer. Y
lo mismo podríamos decir respecto al mundo laboral y salarial. No es justo que
ante un mismo puesto de trabajo un hombre reciba mayor salario que una mujer.
¿En qué clase de criterio nos basamos para establecer esa diferencia de
salarios?.
Está en nuestras
manos cambiar esta discriminación de género. No será fácil al tratarse de un
pensamiento muy arraigado en la sociedad pero si todos actuamos juntos,
luchando por conseguir las mismas metas es posible.
Esta estampa
familiar representa la realidad de muchas casas, en las que el padre y su hijo
se sientan en el sofá a ver la televisión, jugar a la consola, mientras la
madre está realizando las tareas domésticas. Lo más preocupante de ello, es el
modelo de conducta que el padre está transmitiendo al hijo con estos actos, ya
que sucesivas actuaciones de este tipo a lo largo de su desarrollo harán que el
día de mañana adopte los mismos patrones de actuación. De esta manera no
evolucionaríamos y nos quedaríamos estancados en un sociedad que no se adapta a
los cambios y a los avances.
En definitiva, es
necesario educar desde pequeños en valores educativos vitales como el respeto y
la igualdad entre sexos. El niño tiene que saber que su padre puede y, de
hecho, hace las mismas tareas que su
madre. En casa, al igual que en las escuelas, la familia debe trabajar en
equipo, en cooperación. Si el niño consigue aprender estos valores desde
pequeño tendrá también un mejor desarrollo integral.
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